La sala de espera de la maternidad Isidro Ayora luce repleta a diario. Niñas de entre 14 y 17 años esperan ser atendidas cargando en brazos a sus recién nacidos. La mayoría de testimonios son desgarradores. Valentina, de 18 años, afronta un nuevo reto junto a su futuro esposo. Por otro lado, María (nombre protegido), de 16 años, siente frustración ante la gran responsabilidad que le toca afrontar tras embarazarse.
“Todo mi futuro cambió, pero ahora que tengo mi hijo en brazos no me arrepiento”, es la frase favorita de muchas adolescentes embarazadas que, con valor y la mayor parte de veces solas, afrontan su nueva realidad.
Ellas no solo que son parte de una dura estadística manejada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que hasta diciembre del 2009 había más adolescentes embarazadas en América Latina que en África, sino que son además una realidad para sus padres, hermanos y novios que al igual que ellas ni siquiera han terminado la secundaria.
Lo más preocupante, según Xavier Caicedo, de la fundación Waal Ecuador, es que “lo que ignoran muchas de estas colegialas es que sus cuerpos y mentes todavía no están preparadas para la maternidad”.
Pero no solo esa cifra ha sido revelada por la OMS. Sus estadísticas también dan cuenta de que los embarazos adolescentes aumentan drásticamente en el mundo entero, debido a que de cada 100 adolescentes, 18 de ellos tienen relaciones sexuales sin protección antes de los 15 años.
Ahora todo comienza antes
Esta información fue confirmada por la doctora Susana Guijarro, de la maternidad Isidro Ayora, de Quito, quien asegura que los embarazos solo evidencian que los chicos y chicas inician sus relaciones sexuales a más corta edad.
Solo en la maternidad Isidro Ayora se registraron el año anterior 11 mil partos de los cuales tres mil fueron de adolescentes entre los 14 y 18 años de edad. El director de esta institución, Humberto Navas, asegura que para ellos la prevención está enfocada en evitar el segundo embarazo de las “casi niñas”, pues allá llegan embarazadas de su primer hijo y se procede a darles atención médica y psicológica.
Sí al sexo, pero con protección
“El problema es que los chicos no acuden a pedir ayuda ni apoyo y eso es lo que hay que cambiar”, indica la doctora Guijarro, quien cuenta, además, que la mayoría de embarazos adolescentes no son deseados.
Y son tan solo el reflejo de falta de políticas de educación en los adolescentes. La doctora pone énfasis en que chicos y chicas se informen de sus derechos y de la necesidad de planificar su vida sexual.
“
Se trata de desinformación y no de falta de preocupación por parte del Estado”, ya que a través del Ministerio de Salud se ofrecen charlas de prevención y, además, se regala métodos anticonceptivos como condones, píldoras, inyecciones, implantes, entre otras opciones. Todo totalmente gratuito en más de 15 lugares solo en Pichincha, pues en todo el país son 180 los sitios habilitados.
Es tan fácil como acudir a los subcentros de salud ubicados en los barrios o directamente a la maternidad Isidro Ayora, donde deben acercarse a Planificación o Prevención y allí un médico les indicará todo sobre concepción, métodos y pros y contras de cada uno para que las chicas escojan.
Pero no solo eso, las campañas de prevención también visitarán los colegios para informar a las jovencitas todo lo que deberían saber antes de mantener relaciones sexuales y quizá engendrar un hijo que todavía no quieren tener.
“Sexualidad con amor y responsabilidad” ha sido y será siempre la consigna para que las adolescentes cuiden su cuerpo como un templo sagrado. Sin embargo, diversos factores familiares, sociales y de educación sexual han impedido que muchas señoritas piensen responsablemente sobre su vida íntima y reproductiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario